Beneficios de la internacionalización

Uno de los beneficios más importantes de la exportación es sin dudas el incremento en las ventas con motivo de la inserción de los productos en otros mercados, además del mercado local. Esto genera mayores volúmenes demandados del producto y, en consecuencia, mayores ingresos. A su vez, el aumento en los volúmenes de venta genera acceso a mejores precios de materias primas, lo cual convierte al exportador en un cliente relevante.

Asimismo, el proceso de exportación trae como beneficio la diversificación de las operaciones. Cuando se vende en forma exclusiva al mercado local la empresa queda sujeta a los cambios económicos y en la demanda del mercado interno, lo cual puede poner en riesgo su continuidad en momentos de crisis. Por el contrario, cuando se exporta, y si además se exporta a diversos mercados, se reducen o mitigan los riesgos a los que están sujetas las ventas en el mercado local. Por lo tanto, cuanto mayor sea la cantidad de mercados destino, menor será el riesgo que la empresa tenga que sufrir por una caída en las ventas originada por factores externos a la empresa que originan una caída en la demanda o consumo del producto.

Otro beneficio de la exportación es que impulsa la profesionalización de las empresas. Esto ocurre a raíz de la exigencias comerciales y operativas de los importadores más elevadas que las del mercado local. De este modo, el proceso de exportación implica una mejora en los productos, lo cual constituye a la empresa como una proveedor más competitivo.

También podemos mencionar los beneficios que el proceso aporta a la marca e imagen de la empresa en el mercado local, ya que el producto vendido en el mercado local ahora se constituye como un “producto de exportación”.

Asimismo, la exportación implica ventas en moneda fuerte. Este es un beneficio fundamental para las empresas de países con mercados de tipo de cambio muy volátiles. La exportación a moneda fuerte les otorga un marco de mayor certidumbre.


Cabe destacar que todos los beneficios mencionados no se obtienen en el corto plazo, sino que surgen de un proceso prolongado en el tiempo y que se verificaran en la medida que el proceso de internacionalización del producto tenga éxito. Por lo tanto, la operación de exportación en sí misma no garantiza todos estos beneficios. La exportación tiene que ser el resultado de un proceso ordenado que conduzca a la generación de ventas internacionales de calidad. Tal como mencionamos en otras oportunidades, no se trata solamente de exportar si no de internacionalizar nuestro negocio. El objetivo es que el proceso de exportación genere ventas sostenidas en el tiempo.


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